Las pymes españolas entre las más vulnerables de la Unión Europea

Futuro complicado para las Pymes españolas ante la excesiva dependencia de la financiación para garantizar su viabilidad
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La pequeña y mediana empresa española, que según datos del Banco Central Europeo es la más vulnerable de toda la Unión Europea, afronta un futuro complicado ante la excesiva dependencia de la financiación para garantizar su viabilidad. Jordi Solé Tuyá, socio y director ejecutivo de Kreedit, detalla la situación actual de las empresas españolas y las previsiones para los próximos meses. La situación de las empresas españolas en lo que acceso a financiación se refiere sigue siendo delicada. Esta problemática, que venía arrastrándose desde tiempo atrás, no hizo más que agravarse con la irrupción de la pandemia y su consecuente inestabilidad e impredecibilidad. 


“En la actualidad nos encontramos en una situación en la que la viabilidad empresarial en España depende en exceso de la refinanciación”, afirmó Jordi Solé Tuyá, socio y director ejecutivo de Kreedit, una de las mayores empresas de financiación de pequeñas y medianas empresas en España, en un webinar emitido hoy. En su exposición, el experto repasó la situación actual de las empresas españolas y señaló los diversos problemas existentes. Algunas han optado por financiar sus pérdidas a través de deuda, lo cual solo consigue diluir el impacto entre varios años a falta de transferencias, otras tantas, por su parte, han sustituido la financiación circulante (que no tenían que devolver nunca) por préstamos que se tienen que ir devolviendo ¿El resultado? Su liquidez se verá muy perjudicada en pocos meses. “En el caso de aquellas que acudieron a los préstamos ICO, pese a su aval del 80%, se encuentran con una situación en la que los bancos se muestran cerrados a conceder financiación, en especial si son empresas que no tienen ya una inversión ‘atrapada’ a salvar”, continuó Solé. 


A toda esta problemática se le añade que, a medida que pasan los meses, pueden observarse mayores dificultades en el acceso a la financiación por un deterioro “dramático” del ratio DFN/Ebitda. “En una situación tan complicada como la actual, en la que los datos el Banco Central Europeo nos muestran que España sigue siendo el país de la Unión Europea con el porcentaje más alto (7,1% de pymes en situación de vulnerabilidad económica”, continúa el experto, “es más necesario que nunca garantizar acceso a la financiación a las pequeñas y medianas empresas. Ya que son, sin ningún género de dudas, el motor de la economía nacional”. Un futuro complicado por delante De cara a los próximos meses la situación no parece mejorar. Entre las previsiones de Kreedit figuran un nivel de concentración bancaria que retirará (todavía más) liquidez a las empresas, el agotamiento de los avales del ICO y una constante escasez de liquidez en el mercado para financiar a las empresas. 


Esta dificultad en el acceso a la financiación puede verse reflejada en el último “Informe Europeo de Pagos” elaborado por Intrum, que revela que el 72% de las pymes reconoce que tiene que aceptar plazos de pago más largos de los que le gustaría: “Todo esto no se traduce solo en problemas de liquidez, sino que es un impedimento más para acceder a los necesarios Fondos Next Generation de la Unión Europea, los cuales, en sus requisitos de acceso, establecen que se han de cumplir con los plazos de pago”. Ante este paradigma, lo que los empresarios deben tener claro es que los 140.000 M€ del Plan de Recuperación Europeo (Next Generation EU) no aportarán liquidez a las empresas, pues al retraso de la publicación de convocatorias hay que añadir el factor de que los criterios de asignación se ajustan más con otras temáticas y que “se destinarán a financiar inversiones, y no tanto a aportar liquidez, por lo que no van a funcionar como salvavidas de las llamadas empresas zombie”. 


Soluciones ante este escenario


En esta línea, el experto aconseja preservar la caja y retrasar al máximo la devolución de la deuda. Para conseguirlo apela a prácticas como mantener las líneas de financiación circulante, minar la operativa bancaria para conservar la confianza de la banca, evitar deudas con Administraciones Públicas o capturar liquidez adicional por otras vías, entre otros. “Otra alternativa es el refinanciamiento de la deuda, acogiéndose a las medidas de flexibilización que habiliten el ICO y la banca, como la incorporación de otro año adicional de carencia o el incremento del plazo de amortización, o refinanciando toda la deuda bancaria”, matizó Solé. En el caso de que se fracasara por todas estas vías y la empresa se encontrara en una situación de insolvencia sin acceso a financiación, la solución es declarar el preconcurso o concurso de acreedores, el cual deberá solicitarse dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que hubiera conocido o debiera haber conocido el estado de insolvencia actual. Esta situación, lastimosamente, es una realidad de las empresas españolas, sobre todo aquellas de pequeño y mediano tamaño. Y es que, tal y como recogen los últimos de la Central de Balances del Banco de España, el 19,2% de las empresas de menos de 250 empleados cerraron el ejercicio en 2020 en “causa legal de disolución por pérdidas”, una situación que se da solo cuando la valoración de su patrimonio neto es inferior a la mitad de su capital social, es decir, cuando las empresas deben más dinero del que valen

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