Preguntas acertadas, respuestas correctas

Artículo a cargo de Juan Ramón Troncoso Pardo
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Generalmente los seres humanos tenemos muchas mas preguntas que respuestas pero cuando como ahora, nos enfrentamos a un virus desconocido que se ha convertido en una pandemia mundial, las preguntas se multiplican y las repuestas son aún mas escasas. Ya sé que en los partidos de oposición de la derecha y muchos tertulianos que son expertos en todo, ya habían previsto lo que iba a pasar, aunque lo digan ahora y no al principio de la pandemia. También conozco las viejas recetas de los defensores a ultranza de los mercados que apuestan por defender la economía a costa de las vidas que hayan que pagar ¡total la gente que muere es en su inmensa mayoría improductiva!


Conocemos todos como en Europa hay un debate sobre si el norte rico debe ayudar al rescate de los países más endeudados del sur a través de mecanismos de rescate clásicos y con condiciones estrictas al estilo de la crisis de 2008. O si por el contrario debe prevalecer la solidaridad norte sur y mancomunar la importantísima deuda que va a generar la salida al parón de la economía que ha provocado el Covid 19. Como decía al comienzo tenemos más preguntas que respuestas, si no somos de los grupos descritos anteriormente, que por otro lado solo aportan crispación y división cuando necesitamos justo lo contrario. Pero para acertar en la respuesta hay una sola premisa imprescindible: no equivocarse en la pregunta. Quien se equivoca en la pregunta indefectiblemente llega a una conclusión errónea.


Desde mi punto de vista, la crisis provocada por el coronavirus, que ha paralizado a la inmensa mayoría de la población y a una parte muy importante de la industria, el turismo y el comercio, con la consiguiente repercusión en nuestra economía, va a exigir que nos hagamos muchas preguntas acertadas para ver si somos capaces de acertar también en las respuestas. Parece fácil, sobre todo para quienes dicen tener soluciones para todo, aunque no contribuyen a solucionar nada, pero si tenemos en cuenta los problemas generados por la globalización del capital financiero, la guerra comercial entre EE.UU y China, la vuelta al proteccionismo, la ineficacia e ineficiencia de los mercados para solucionar crisis sanitarias como la que padecemos.. el futuro no se presenta precisamente como algo fácil de abordar, sino todo lo contrario.


Empezando por el último de los temas expuestos, la ineficacia de los mercados, estamos viendo como los otrora defensores a ultranza de la economía privada, demandan al estado material que construyen las empresas privadas en su inmensa mayoría. Pero la eficacia de los mercados marca que se produzca de acuerdo a la demanda y claro sin pandemia no había demanda de mascarillas, respiradores, etc., en las cantidades ingentes que se necesitan en estos momentos. Sin embargo en todos los países se le exige a los estados que dispongan de efectivos necesarios para proteger al personal que corre mayor riesgo. Pero cuando los estados imponen condiciones a las empresas esas mismas voces ponen el grito en el cielo y hablan de incautación inapropiada.


Soy defensor de las políticas públicas para proveer de los bienes imprescindibles a la ciudadanía y por ello, no quiero escurrir el bulto y quitar responsabilidad a los gobiernos. Lo que quiero afirmar rotundamente es que para resolver las crisis no podemos confiar en los mercados, estamos viendo como se especula con los materiales imprescindibles para combatir al virus, sino que necesitamos estructuras democráticas fuertes y coordinadas que remen al unísono en la dirección adecuada.


Respecto de la guerra comercial entre China y EE.UU, no sabemos como va a seguir desarrollándose cuando podamos volver a la normalidad, pero si podemos sacar una primera conclusión: esta guerra la está perdiendo Europa. La Unión Europea lleva mucho tiempo perdida, absorta en sí misma, en la que priman los nacionalismos, en los últimos años con la proliferación de ultranacionalismos, el Brexit, las tensiones territoriales en varios estados europeos, en España singularmente Cataluña, y la tremenda y lenta burocracia europea hace que una parte, cada vez mayor de la ciudadanía europea se pregunte si aún estamos a tiempo de recuperar el proyecto, que una vez defendimos de forma abrumadoramente mayoritaria.


El debate sobre rescate o solidaridad no se corresponde a mi juicio con la pregunta acertada. Creo que la pregunta correcta es como los 27 tiramos del carro europeo al unísono logrando una mayor integración política, económica y fiscal en principio, para después ponernos todos a dos tareas fundamentales desde mi punto de vista, servir de contrapeso en la lucha EE.UU China y contribuir a que Europa como continente, inicie una reindustrialización que le permita posicionarse en sectores estratégicos en los hoy son hegemónicos las dos superpotencias.


Es vital para la supervivencia del proyecto europeo, pero también para cada uno de los estados miembros, si, también para Alemania y Holanda, que Europa encabece políticas de economía circular para dar repuesta al cambio climático, que elimine su dependencia de los países asiáticos en material tecnológico, buscando una mayor localización europea y para ello una mayor productividad que haga más atractivo este tipo de inversiones y porqué no, proteger a la empresas europeas para contrarrestar el proteccionismo de las grandes superpotencias, que invierta en I+D+i. En definitiva, hacerse las peguntas adecuadas para hallar las repuestas correctas. De ello depende que salgamos de esta crisis con mayor o menor sufrimiento de nuestra ciudadanía.

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